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Psicoanálisis

Dos hipótesis fundamentales

El psicoanálisis es una disciplina psicológica que Freud inicio hace unos 60 años. Como otras ciencias ha dado origen a ciertas teorías que derivan de los datos de la observación y que procuran ordenar y explicar estos.



Es importante señalar que la teoría psicoanalítica abarca tanto el funcionamiento normal como el patológico. La práctica del psicoanálisis consiste en el tratamiento de personas mentalmente enfermas o perturbadas.

Como en cualquier disciplina científica, las diversas hipótesis de la teoría psicoanalítica se entrelazan mutuamente.

Dos de tales hipótesis que ha sido confirmadas en reiteradas ocasiones son, el principio del determinismo psíquico o causalidad y la proposición de la que la consciencia es más bien un atributo excepcional.


El principio del determinismo psíquico


El sentido de este principio es que en la mente, como en el mundo físico, nada ocurre por casualidad o a la ventura. Cada fenómeno psíquico está determinado por aquellos que le precedieron. La realidad es que los fenómenos mentales son tan incapaces de carecer de una conexión causal con los que les precedieron, como lo son los físicos. En la vida mental no existe, en este sentido, discontinuidad alguna.

Si pasamos ahora a los fenómenos de la psicopatología es de esperar que se pueda aplicar el mismo principio. Cada síntoma neurótico, está causado por otro proceso mental, pese al hecho de que el paciente mismo considere a menudo que el síntoma es extraño a su ser, que está completamente desconectado de su vida mental.

En este punto ya no podemos evitar el reconocimiento de que estamos hablando no solo de la primera de nuestras hipótesis fundamentales, el principio de determinismo psíquico, sino también de la segunda, es decir de la existencia e importancia de procesos mentales que el propio individuo o de los que ignora, es inconsciente.

En verdad la relación entre estas dos hipótesis resulta tan íntima que apenas si se puede discutir una de ellas sin mencionar la otra. Precisamente el hecho de que gran parte de lo que ocurre en nuestras mentes sea inconsciente, es decir, desconocido para nosotros mismos, responde de la aparente discontinuidad de nuestra vida mental. Cuando una idea, un sentimiento, un olvido accidental, un sueño o un síntoma patológico parezca no relacionado con lo que aconteció antes en la mente, es porque su conexión causal reside en algún proceso mental inconsciente. Si se puede descubrir tal causa o causas, entonces desaparecen todas las discontinuidades aparentes y la cadena causal o secuencia, resulta clara.

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